domingo, 28 de septiembre de 2008

El otoño, la berrea y el sentido de IU

Ha llegado el otoño, que antes me ponía melancólica y ahora me rechifla porque, digo yo, me estoy haciendo mayor y el tiempo es más valioso, el mal tiempo también. Como contradicción, el otoño siempre tiene algo de nuevo para los que, síndrome de Peter Pan en mano, marcamos el inicio de nuestro calendario en el comienzo del primer cuatrimestre, trimestre o semestre académico, matriculándose en idiomas, renovando dieta, aumentando la frecuencia con la que hacer ejercicio (aunque es eso no me encuentro entre la media, que, sencillamente, comienza a hacer ejercicio en esta época una-vez-más). Confeccionar horarios imposibles, estrenar agenda. Y la berrea del corzo. Como cuando Botín dice que espera acabar el año con 10.000 millones de euros mientras 26.000 niños mueren de hambre cada día en el mundo. Como cuando tu marido o tu compañero o el que se cree tu dueño se pone a darte voces como si estuviera en celo delante del plato de sopa que ha cocinado tu madre con toda la familia presente, enmudecida, resignada a la reunión familiar de cada domingo.En esta semana,en la que ha llegado el otoño, además de la berrea del corzo ha habido subastas de la Sanidad Pública madrileña en un hotel lujoso, otra animalada. Y, empezando el curso, la primera en la frente: me han dado un cursito sobre el Portafolio Docente ese que ha dicho Bolonia que hay que implementar para que los alumnos que llegan a la Universidad, algunos de los cuales casi no saben leer la hora si no es en un reloj digital tras su paso por la formación primaria, puedan ser educados en valores solidarios y humanitarios, permaneciendo miles de horas más en la Universidad, en clase, con asistencia obligatoria, sin poder trabajar, adquiriendo competencias curriculares a base de puzzles y árboles conceptuales masticaditos por el profesor o profesora que los llevará de la manita hasta poquito antes de la jubilación. En fin, el otoño y sus cosas. Aunque hasta la berrea se ha adelantado con esto del cambio climático. Total, que no me digan que Izquierda Unida no tiene sentido y cosas que hacer, a ver si va a resultar que los que no somos capaces de solucionar nuestras necesidades sin hacer más que pastar y berrear vamos a ser los humanos. Esperemos que el otoño traiga cosas nuevas, nuevas y mejores

1 comentario:

Unknown dijo...

El otoño, estación de mezcolanzas de colores que anuncian renovaciones o continuidad (en cualquier contexto que queramos utilizar), se caen las hojas de los árboles para que vuelvan a salir hojas nuevas pero iguales, cierto que también nos trae la berrea, anuncio de nuevos venaos que también serán iguales que los otros así que… se continúa con las especies tanto vegetales como animales, tampoco se mueve la “berrea” de la masculinidad ya que se perpetúa el terrorismo machista demostrando una vez más que a nadie le interesa abordar el asunto como una cuestión política, así que siguen empecinándose en los discursos huecos. Este otoño también nos trae un nuevo Poder Judicial, seguirán siendo los “ejecutores de la voz de su amo PPSOE” continuarán haciendo “valer la ilegal Ley de Partidos”, así que continuará la persecución política de los partidos y militantes de la izquierda que no comulgan con un sistema basado en la desigualdad social, convirtiéndonos así en el país de la Europa del Capital que más presos políticos tiene, superando al año 1966, época del “esplendor fascista del dictador Franco”. Desde el poder se pide la construcción de nuevas cárceles, así que…cambiarlo todo para que nada cambie.

Este otoño también nos trae la ejecución de una muerte anunciada, la del capitalismo liberal, dejando así paso libre al neoliberalismo brutal y despiadado, por lo tanto, muere el capitalismo, muere la política; mientras éstas y otras cosas todas nefastas para nuestra clase (obrera), las fuerzas políticas de izquierdas y las que se autodenominan la vanguardia de la lucha y la conciencia, se devoran entre si por coger el estandarte del sectarismo, discutiendo la manera de hacer una política “correcta” o “laik” (políticamente correcto), o empecinándose en ver la botella medio llena, en fin las cosas de los nuevos “estrategas” políticos.

El otoño, afortunadamente a parte de los colores también nos trae olores y sabores, esos pueblos impregnados del olor a calor de chimenea, a castañas asadas y anís…comienzan las estaciones del comer bien, gran variedad de pucheros con todo aquello dentro sin importarnos esos kilos de más ya que al calor de la chimenea practicaremos la dieta del cucurucho.

Con tu permiso me sirvo otro café, me gusta este rincón.

José Luis