Sobre la crisis electoral, la IX Asamblea y las ganas de seguir adelante

Mi visión es la de una votante de IU, la de las personas de Izquierdas con las que convivo, muchas de las cuales ya no creen en éste proyecto. Y tengo la posición privilegiada de no estar cegada por la endogamia. En estos días, he aprendido que hay personas desde dentro que ya no son capaces de verlo desde fuera y otras que sí. Así es como yo lo veo: La unión es necesaria para trabajar desde el consenso dentro de la organización, pero no tanto de cara al votante, muchos de los que votamos o simpatizamos con la organización no sentimos tanta preocupación por los conflictos internos como se percibe desde dentro. El votante no ve obvia la falta de transparencia en la política interna; no es por eso por lo que el electorado se aleja de nosotros. Hay que analizar otras causas. Puede que el electorado sí vea la institucionalización, el acercamiento a los planteamientos social-demócratas, la pérdida de identidad. Pero sobre todo, creo que el posible votante se aleja cuando no ve soluciones ni respaldo ante la indefensión social, ve la diferencia entre que estemos o no en la actividad de calle, en las movilizaciones y protestas. El electorado percibe la inactividad más que la desunión. Se ha de hacer lo posible, pero hay que contar con la posibilidad, por pesimista que parezca, de que ninguno de esos análisis den la respuesta de por qué la izquierda socialista tiende a extinguirse y, entonces, el recambio de ideas, la adaptación o el rescate en firme y sin paliativos de la lucha clásica debería contemplarse como apuesta. Bajo mi punto de vista, no se puede renovar con sólo pronunciar la palabra renovación. En cuanto a la necesidad de un documento único, parece que no ha sido posible llegar al consenso. Para mí es evidente que , si no somos capaces y/o no estamos dispuestos a que tres documentos que hablan de consenso se hagan uno, hablamos de una mera lucha de poder y no de una apuesta por un robusto proyecto político al servicio de la sociedad. Llgarán tres documentos a la militancia y no habrá debate suficiente sino una mera adscripción de los afiliados a uno u otro grupo, sin las cargas de profundidad en forma de enmiendas que necesitaría el documento definitivo. Confío en que las ganas de continuar sean mayores que las de permanecer. Y espero que aún queda tiempo para rectificar y que ganemos todos y todas, los de dentro, pero sobre todo, los que más necesitan de nuestro esfuerzo.